Viernes 31 de Marzo de 2023
31/03/2023
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Volvimos más fuertes que nunca y la plaza fue una fiesta peronista sin precedentes

Como hacía años no pasaba, la Ciudad de Buenos Aires fue una fiesta popular durante toda la jornada. Festejos, bailes, y el pueblo mojando los pies en las fuentes para soportar el calor.

Nacionales | hace 3 años

Era increíble. Un mar de gente. Algunos memoriosos, comparaban la cantidad de gente y la alegría del pueblo con aquella asunción de Alfonsín en 1982. Con más de 600.000 personas reunidas y movilizadas desde todos los puntos del país, la militancia peronista volvió a colmar la ya sin rejas Plaza de Mayo. Asistimos a un momento histórico para la Argentina, asistimos al momento en el que la política volvió a ganar por sobre las campañas de marketing, donde la rosca y la unidad, sumados a la lealtad del pueblo, le ganaron a las estrategias empresariales de la derecha nacional.

Todo empezó temprano, con el traspaso de mando, donde la multitud estaba repartida entre el Congreso, la Avenida 9 de Julio y la Casa Rosada, escuchando el discurso de Alberto Fernández ante la asamblea legislativa para luego dar paso a la fiesta con bandas y animadores que duraría más de 5 horas.

Ni los 37 grados al rayo del sol ni la acumulación de personas tanto en Plaza de Mayo como en los alrededores fue impedimento para que la militancia peronista se acerque al lugar y escuche en un completo silencio a Cristina Fernández de Kirchner y más tarde a Alberto Fernández.

La Vicepresidenta de la Nación le hablo a su pueblo, a su plaza, y le recomendó a Alberto Fernández –parafraseando a Evita en aquel último acto dirigiéndose a perón- “Presidente confíe siempre en su pueblo. Ellos no traicionan. Son los más leales.  Solo piden que los defiendan y que los representen. No se preocupe, presidente, por las tapas de un diario. Preocúpese por llegar al corazón de los argentinos y ellos siempre van a estar con usted”.

Más tarde, Alberto Fernández agradeció a su compañera de fórmula y se dirigió a la sociedad argentina diciendo que “es hora de abandonar el aturdimiento, ser conscientes de las profundas heridas que hoy tenemos", agregó, incidiendo en que para curarlas hace falta "tiempo, sosiego y sobretodo de humanidad".

El poder compartido

Párrafo aparte merece el momento histórico a nivel político que estamos viviendo. Como nunca, asistimos a un binomio de poder que se conformará no solo por la presidencia de Alberto, sino también por la imagen a nivel internacional y la convocatoria de masas de Cristina, sumado a la unidad obtenida gracias al acople de Sergio Massa y varios gobernadores a la coalición.

Por primera vez en nuestra joven democracia, el poder estará despersonalizado para ser utilizado por un movimiento que gobernará desde las diferencias, buscando encontrarse en ellas y nunca más quebrando la unidad, para poder levantar el país después de cuatro durísimos años de neoliberalismo.

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